DOCUMENTAL «EL LOBO IBÉRICO»

lobo_extraEl lobo ibérico en España

España es uno de los últimos refugios de los lobos ibéricos en la Unión Europea.

La población del lobo ibérico se está recuperando lentamente de las bajas causadas en los años 1970, aproximadamente quedaron 400-500 individuos, llegando en la actualidad(2003) a 2000-3000, casi el 30% de los lobos Europeos. Existen varias razones para aumentar la población de estos lobos.

Hasta principios del año 1970 el lobo iberico era “oficialmente” considerado una plaga en España, y el gobierno pagaba recompensas por ver a estos animales muertos. En ese momento, muchas personas vieron al lobo como marca de un país del Tercer Mundo, en contraste con naciones «civilizadas» como Francia y Gran Bretaña que habían erradicado con éxito esta plaga.

En el pasado, la persecución se había extendido, y existía una ley aprobada por el Príncipe de Asturias que en detalles planteaba que entre marzo y diciembre del año 1816, se pagaría 160 reales de recompensas a la persona que matara un lobo adulto y 32 reales por un  cachorro. El historiador Juan Pablo Torrente llegó a la conclusión de que la caza de animales salvajes, incluyendo lobos, osos y zorros representaba, “en términos absolutos y relativos, una importante fuente de riqueza” para las poblaciones locales. El lobero o cazador de lobos era una figura respetada en el condado hasta hace relativamente poco, y toda una serie de ingeniosas trampas se desarrollaron a través de los siglos para atrapar a los lobos. Todas estas trampas son ilegales ahora, sin embargo, todavía es legal cazar lobos en la mayor parte de España. En la mayor parte de su área de distribución, la especie debe respetada siempre y cuando no entre en conflicto con los intereses humanos, y mientras que la caza no constituya una amenaza para el lobo ibérico.

En España, al norte del río Duero, en el municipio de Muelas de los Caballeros, al norte de Zamora, es donde existen las poblaciones más densas de lobos ibéricos, aquí no se ha mostrado ningún interés real por su conservación. Sin embargo, la protección es mucho más fuerte al sur de Duero donde las poblaciones de lobos ibéricos son mucho más frágiles.

En segundo lugar, en los últimos 40 años ha existido una gran migración de las personas del campo a las ciudades, y esta ausencia ha llevado a la regeneración de la vegetación natural en las antiguas zonas agrícolas y el enorme aumento de las especies que les sirven de presas a los lobos ibéricos, dentro de estas podemos mencionar, el corzo y el jabalí. Cuando se va en coche o se toma un tren, se podrá apreciar la inmensidad, el vacío del paisaje, y la rica y variada fauna.

En tercer lugar, las actitudes han cambiado. Aunque todavía existen muchos recelos, entre algunas poblaciones rurales. Ahora en España vemos al lobo ibérico como un animal digno de protección. El gran español y populista de la naturaleza, Félix Rodríguez de la Fuente, jugó un importante papel en esta conversión. Millones de hogares en España en la década de los setenta fueron cautivados por su serie de televisión, ‘El Hombre y la Tierra’, de la que un lobo fue la estrella del espectáculo. Rodríguez utilizó los lobos y los cachorros que vivían en una finca vallada en la creación de esta serie. Pero, a pesar de su engaño, en este episodio el lobo se destaca como una pieza magnífica y hermosa en la naturaleza.

Distribución, hábitat y dieta de los lobos ibéricos en España

El lobo ibérico es considerado por algunos especialistas como una sub-especie (Canis lupus signatus) del Canis lupus, aunque esto sigue siendo rechazado por muchos. Se dice que este animal se distingue por las marcas negras a lo largo de su cola, en la espalda, y en las patas delanteras. Más del 50% de estos animales se encuentran en el norte de Castilla y León (aproximadamente 1000-1.500 lobos ibéricos), y menos del 35% en Galicia (aproximadamente de 500-700 lobos ibéricos), y la mayor densidad de población se encuentra en el noreste de Zamora (5-7 lobos/100km2). Una vez los lobos estuvieron presentes en toda la península ibérica, pero ahora están exiliados al Nordeste (Asturias, León, Norte de Castilla, Galicia), y algunas poblaciones están en la Sierra Morena (Jaén y Cuenca). Sin embargo recientemente, se las han arreglado para cruzar de nuevo la barrera, lo que hoy en día es el río Duero y han comenzado a extenderse hacia el sur y hacia el este: se han detectado dos grupos cerca de Guadalajara y han comenzado a moverse en Teruel, en el sur de Aragón.

Los lobos españoles tienen unas 300 parejas reproductoras, y dan un total aproximado de 1.500 cachorros en el inicio de la primavera y unos 2.000 a mediados del otoño.

En general el lobo ibérico en España ya no se considera en peligro de extinción, los más vulnerables son los que están en la Sierra Morena que si están en peligro de extinción, estos lobos habitan en fincas privadas de caza, donde son ilegalmente perseguidos, ya que entran en conflictos con las prácticas de caza de los millonarios.

El hábitat ideal para los lobos ibéricos en España necesita una baja densidad de población humana (menos de 10 habitantes por km2), y una alta densidad de especies y presas como el corzo y el jabalí, estos animales tienen gran capacidad de adaptación a diferentes entornos, pero el factor más importante es la tolerancia de la población humana nativa de la especie en un área determinada. La dieta del lobo Español depende de la zona en donde este resida. Mientras que los lobos de Galicia, se alimentan de los restos de granjas, como por ejemplo de pollos y cerdos, los lobos cántabros toman ciervos, corzos y jabalíes, y casi el 50% de la dieta de los lobos en el cinturón de cereales castellano son los conejos, sin embargo, su mayor fuente de nutrición es la ganadería.

Conflicto del lobo ibérico con el ganado y los seres humanos

Se calcula que hasta 1988, los lobos ibéricos han matado unos 1.200 caballos y burros, y unas 450 vacas y ovejas, lo que representa una pérdida total de 720.000 euros. Las cifras son, sin duda mayores ahora, pero en todo el rango del lobo (100.000 km2) estas pérdidas son pequeñas en comparación con otras causas naturales que periódicamente afectan a los agricultores y ganaderos (enfermedad, las inclemencias del tiempo), pero estos pueden representar un problema serio para los ganaderos en determinadas zonas. El 77% de las muertes del ganado se producen en zonas montañosas, donde las prácticas agrícolas son frecuentes. De hecho, sólo el 15% de los 2.000 lobos españoles, y los lobos de Cantabria causan el 70% de los daños a la ganadería. Se debe tener claro, que no es que los lobos de Cantábrico sean agresivos, si no es que encuentran en el ganado una presa fácil. Por desgracia, los lobos, son animales carnívoros, por lo que con frecuencia se entusiasman por la sangre y por las masacres que hacen en los rebaños. Un estudio en Burgos, muestra un promedio de 7,6 ovejas muertas por cada lobo.

Otro gran naturalista español, Miguel Delibes, una vez dijo, “el lobo es su propio peor enemigo”. En cualquier caso, los daños causados por los lobos son muy exagerados. En la Sierra de la Culebra, están las mayores densidades de lobos de la Unión, y el 80% de los ataques en los rebaños son solo con ovejas. Los ataques al ganado son más frecuentes en las zonas donde los animales no están protegidos. La renovada presencia estable de los lobos en la Cordillera Cantábrica ofrece un mejor control natural sobre el jabalí, ya que estos animales se están expandiendo por toda España y cada vez son más numerosos en casi todos los ecosistemas. Este control sobre la población de jabalíes puede ser una buena noticia para el increíblemente peligro de extinción del urogallo, cuya población cantábrica ha caído en picada en los últimos años.

 

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