LEOPOLDO BELLERÍN – El medico que desde Huévar se fue a Paulhaguet

El Dr. Bellerín el

El Dr. Bellerín el quinto por la derecha de la imagen

El último general de Paulhaguet ha dejado su retiro. Dos médicos europeos de distancia del riesgo del desierto médico.

Paulhaguet. Dos nuevos generalistas llegan para reemplazar a los dos médicos del pueblo que se marcharon por jubilación

UN PEQUEÑO OASIS EN EL DESIERTO MÉDICO Elsa Ramon.

Los anteriores médicos generalistas de Paulhaguet se han marchado por jubilación. Dos médicos europeos han recogido esa bandera, alejando el riesgo de vacío médico.

Daniel Dalca es rumano. Leopoldo Bellerin es español. Los dos, médicos generalistas desde hace muchos años, han llegado para responder a las necesidades de la zona de Paulhaguet. Ya que si el pueblo cuenta con kinesioterapeutas, un dentista, enfermeras y una farmacia, los generalistas, en cambio, amenazaban con brillar por su ausencia.

Se trata de un trabajo de largo aliento llevado desde todos los rincones con la comunidad de de las parroquias o collaciones de la región de Paulhaguet en cabeza de la fila y muchas negociaciones que han permitido atraer a estos dos médicos generalistas.

Después de muchas prospecciones, el recurso a un gabinete de reclutamiento y un contacto del Dr. Sagnard, representante del Colegio de Médicos, han permitido finalmente acabar con el suspense.

En total, no menos de dos años de trabajo y 118.000 euros de inversión se han necesitado para facilitar la instalación de estos dos hombres. Un inicio de actividad ayudado también por la compra de mobiliario de oficina, más el compromiso de un año de alquiler de la consulta y la vivienda (con el límite de 550 euros mensuales).

Antes de comenzar a ejercer, los dos médicos europeos han pasado un período de formación en Francia para familiarizarse con las obligaciones administrativas. Pero desde octubre y diciembre ellos han reemplazado definitivamente a los anteriores generalistas.

Un desenlace feliz para los habitantes de esta zona, que hasta entonces amenazaba con convertir en un páramo médico. «Estábamos solos, no sabíamos a dónde ir», se queja un antiguo paciente del Dr. Grange.

LOS PACIENTES YA TIENEN CITA

A partir de ahora, la inquietud puede decaer. Los habitantes de la zona no han perdido el tiempo para emprender el camino a la consulta médica. «Tenemos cada vez más pacientes», dice el Dr. Bellerin. Lo cual satisface a estos dos hombres, ya felices de haber llegado a la región. «Se lo agradezco a todos. Nos han ayudado mucho y nos han hecho visitar la comarca. Ahora estoy instalado perfectamente y muy contento», añade el Dr. Dalea.

La población local confía en que ellos se queden hasta su jubilación…, lo cual ha sido confirmado por el Dr. Bellerin. Y de ello han tomado buena nota todos los presentes durante la inauguración.