El murciélago en las aguas del guadiamar

 murcielago-comun-1«Murciélago en la crecida del Guadiamar».
  • Joaquin Cid Leal

El naturalista y amigo Joaquin Cid trae un nuevo documental de esta zona del Guadiamar. Como continuación del último vídeo que nos mostró la semana pasada.

En esta ocasión el desdichado murciélago que era arrastrado por la corriente, según Joaquín…»ahora os lo quiero mostrar este corto. Aunque este vídeo dura sobre cinco minutos fué casi media hora la que estuve grabándolo. Han sido muchos los amigos y conocidos que me han comentado sobre el riesgo que corrí esa mañana con la crecida del agua. Creo que después de ver este vídeo comprenderéis mejor porqué aguanté tanto la credida de las aguas, aún así lamento no haber terminado como quería esa grabación».

El murciélago – Fauna Ibérica-murcielago

Los quirópteros constituyen uno de los grupos de mamíferos con mayor número de representantes en nuestro planeta. Cerca de mil especies de murciélago han colonizado con éxito islas y desiertos, selvas y ciudades, campos y montañas. Excepto en las regiones polares y unas cuantas islas oceánicas, hay murciélagos en todo el mundo.

Los quirópteros son, además, los únicos mamíferos que han adquirido la capacidad de volar. Su enorme proliferación se debe probablemente a esta extraordinaria habilidad. Y al hecho de que no han entrado en competencia con los demás animales voladores: las aves. El reino de los murciélagos empieza justo a la hora en que termina el de la mayoría de las demás criaturas aladas: ellos son los amos del crepúsculo y de la noche.

Quizá sea éste también uno de los orígenes de las oscuras leyendas y supersticiones que rodea a estas inofensivas criaturas, incapaces de hacer daño a nada que no sea un insecto. Gracias a ellos, en efecto, nos vemos libres de más de una plaga.

La mayoría de los murciélagos tienen ojos muy pequeños, a veces tan diminutos como la cabeza de un alfiler, capaces solamente de distinguir entre luz y oscuridad, pero incapaces de diferenciar formas o tamaños.

Desde muy antiguo, lo que más ha llamado la atención de los murciélagos ha sido su peculiar sistema de orientación, basado en la ecolocación, el mismo principio en que se inspiran nuestros sonares: emitiendo sonidos y recogiéndolos después de rebotar en presas y obstáculos, el murciélago es capaz de volar y cazar sin vacilación incluso en la más tenebrosa y negra de las noches.

La ecolocación en los murciélagos consiste enla orientación por medio del eco de los sonidos que previamente emiten los animales. Para poder emitir esos ultrasonidos, los murciélagos disponen de una laringe de fuerte musculatura y de unas cuerdas vocales muy desarrolladas. En general, son cuatro los tipos diferentes de sonido que los quirópteros pueden emitir:

  • los verdaderos ultrasonidos, que, según las especies, son de cadencias y número de impulsos variables, no excediendo en general las ondas ultrasónicas de los dos o tres metros y pudiendo permitir al murciélago la distinción entre una presa viva y un objeto inerte de tamaño semejante;
  • un grito de atención y alarma, en general, audible por el ser humano, con una frecuencia de unos siete kilociclos;
  • una expecie de ronquido emitido también en situación de alerta;
  • un suave tric o cric, rápido, de difícil interpretación y prácticamente inaudible por el hombre.

Las alas de los murciélagos son superficies tan finas como el papel, de piel elástica, que van desde la barriga y la espalda hasta las patas y la cola. La piel lleva fibras musculares, conductos sanguíneos y nervios.

El murciélago abre sus alas extendiendo los brazos y los esbeltos huesos de las manos que refuerzan las alas. Durante el vuelo, el murciélago agita sus alas usando sus grandes músculos pectorales. Las alas del murciélago no se mueven simplemente de arriba a abajo. Los dos extremos delanteros de las alas forman una elipse en el aire al bajar hacia la espalda, vuelven hacia delante y se elevan otra vez por encima de la cabeza.

En función de su tamaño, los murciélagos pueden batir sus alas de 12 a 18 veces por segundo. Una vez que ha ganado velocidad mediante el aleteo, el murciélago también puede continuar su vuelo planeando.