Las tertulias en la puerta de casa, un hábito de las noches de verano

Fotografías tomadas por Jose Jurado en Villanueva del Duque (Córdoba) en verano de 2011

Fotografías tomadas por Jose Jurado en Villanueva del Duque (Córdoba) en verano de 2011

El de sentarse a la puerta a tomar el fresco en verano, una costumbre que aún se mantiene en muchas de las calles de nuestro pueblo.

Se va el verano y los corrillos en las calles, algunas más frecuentadas que otras. El verano se va pase y se recogen sus sillas. Se despedirán de largos ratos de charlas y anecdótas.

-El verano invita a salir a la calle.

Cuando cae el sol los vecinos se sientan en sus puertas desde donde ver pasar las largas horas largas del año…. Entre vecinos allí echan sus ratos de tertulia, de chascarrillos, y se ponen al día de todo lo que sucede en el pueblo. Los corrillos en las calles son una estampa habitual en el periodo estival. Algo característico de los pueblos, más que de las ciudades, y rara es la calle casareña que se queda vacía, por las tardes y noches, de argumentos e historias.

20150728181233-11223869-478221002352462-722759763215412130-n-1-El verano es largo, y el calor entra en los hogares atosigando a a sus moradores.

Desde siempre, hace ya muchas décadas, los vecinos del pueblo tienen por costumbre sentarse a las puertas de sus casas, a compartir esos ratos ociosos con sus vecinos de la calle.

Un popurrí de sillas se asoma cada día de las calurosas tardes de verano en cualquier calle, aunque las sillas han pasado de ser de «neas» a las de cámping, o de plástico, escogiendo eso sí, la más cómoda para permanecer sobre ellas un largo rato y donde estas son testigos de mil historias

Los pueblos Andaluces como Huévar siguen con esa vieja costumbre  de sentarse a la puerta en las tardes/noches de verano y que alegra esos días de sesteo y largas charlas y como no también la idiosincrasia de la critica, esa que a tu paso por donde está la gente sentada se haga silencio para luego de inmediato cuando ya has pasado aunque no lo oigas pero lo barruntas, ellos/as continuarán la cháchara con el casi seguro siguiente diálogo: ¡Mira Maria! ¿Ése quién es?  ¡No me digas que no lo conoces! Ése, es hijo de este…que le dicen… (apodo)  ¡Ah si, ahora caigo! ¡Ése que tú dices…  ¿No se casó con la hija de…?(vuelve el apodo)  ¡El mismo!  Anda, mira, pues, bla, bla, bla,…

Botijos o bucaros de Verano e Invierno

Botijos o bucaros de Verano e Invierno

Aun recordamos aquellos años de nuestra niñez en que nuestros padres y abuelas en esas tardes de sillas en las puertas despues de un largo día de «escarda» en el campo liaban sus cigarros para después a eso de la medianoche refrescarse a golpes de agua del «bucaro» de barro blanco con su plato debajo, botijos frescos los cuales chorreaban por todos sus poros presumiendo cada cual que el suyo hacía el agua más fresca, (bucaros que también los había de invierno). Algunos de nuestros padres y abuelos después de la tertulia se quedaban a dormir hasta bien entrada la madrugada recostados en una de aquellas mecedoras de lona con dibujos de rayas verticales multicolores o en el suelo junto a la puerta, siendo el umbral su almohada y en el que el fresco nocturno entrana hasta dar con el «abardón» de  chamiza de olivo del corral.

-Para sentarse al fresco no cuenta la edad

Sin tener en cuenta la edad, el sentarse en la puerta  al fresquito y sus diálogos de corrillos ya se va viendo menos a consecuencia de la expansión de las tecnologías puestas a nuestro alcance: el móvil, Internet, la televisión, todas estas técnicas han contribuido a que ese dialogo al fresco de sus puertas se vaya perdiendo.

Pero sin duda una bonita estampa andaluza es pasar por una calle con gentes sentadas a las puertas, -habrá a quienes les moleste por verse tal vez abocado a dar las buenas noches y en la que algunos con caras de lunes después de un puente pasa, sin tan siquiera dar esas buenas noches. Es así la vida aquí en este Huévar o en otros pueblos andaluces donde todo el mundo parece que lleva prisa y en contadas ocasiones nadie se saluda pues el pueblo crece y ya casi nadie conoce a nadie.

Y es que aunque existan quienes al pasar critica tan saludable acto de sentarse al fresquito en verano, -tampoco hay que generalizar-, y desde luego no perder esa maravillosa costumbre tan afortunada de nuestros pueblos andaluces y saludando a las gentes que toman el fresco a la puerta de su casa.

-No perder esta bonita costumbre de los pueblos

Vivimos en un mundo globalizado, donde paradójicamente el individualismo es atroz. Ya no se fomentan las relaciones como antes, y otras costumbres modernas están dejando abandonada esta costumbre tan sana de «sentarse al fresquito de la tarde», pues está demostrado científicamente que interactuar con los demás también es saludable.

Un factor añadido a la hora de que esta costumbre haya ido a menos, es la desaparición de personas mayores, y como esto es algo irremediable, creo que vamos a perder una de las tradiciones más bonitas de nuestros pueblos….el de sentarnos con el fresquito en la puerta.

Ancianos en invierno con la PELLIZA

Ancianos en invierno con la PELLIZA

-De la silla en la puerta a la «PELLIZA»

Con la llegada del otoño los días de sesteo se terminan como se termino los corrillos de la «pelliza», esa prenda que tambien sucumbio a cambio de un chaquetón y/o abrigo moderno que nos hacen olvidar nuestra propia historia y sus costumbres, esas mismas que nosotros debemos hacer que nunca se olviden en  los pueblos andaluces como Huévar.