¿Deberían ser las vacunas obligatorias por ley?

Hace unos días saltaban las alarmas al detectarse el primer caso de difteria en España desde 1987. Se trata de un niño de seis años de Olot (Girona) que no fue vacunado, lo cual ha reavivado la polémica sobre la importancia (o no) de vacunar a los menores.

El Ministerio de Sanidad recomienda cumplir el calendario de vacunación, pero no obliga a los padres a vacunar a sus hijos. Por eso Fernando Cereto, un médico de Barcelona, ha lanzado una petición en el portal Change.org para solicitar que el Ministerio imponga «la obligatoriedad de la vacunación a menores de edad».

ALCANTARILLADO, PENICILINA Y VACUNAS, GRANDES SALVADORES

«Junto con el alcantarillado y la penicilina, las vacunas son de los elementos que más vidas han salvado», afirma con rotundidad. De ahí que este médico se indigne al escuchar «tantas barbaridades» de gente que no pertenece a la comunidad médica, donde dice que existe una «total unanimidad» sobre la imprescindible función que tienen las vacunas.

En su petición, Cereto señala que algunas «enfermedades que estaban en vías de ser erradicadas en España, como el sarampión, están resurgiendo», al tiempo que el porcentaje de niños vacunados en España va descendiendo de forma ligera aunque progresiva.

Según los datos del Ministerio, que llegan hasta 2013, la cobertura de vacunación alcanza a una media del 95% de la población, un porcentaje alto pero tres puntos menor al de 2003. Para que haya inmunidad de grupo, la cobertura vacunal no debe estar por debajo del 92%, explica Cereto, y este umbral no queda cubierto si se observan las cifras de vacunación de refuerzo.

Pero «lo preocupante no es el número en sí, sino la tendencia que se observa», opina Cereto, que apunta a dos posibles causas de este descenso. Por una parte, ha aumentado la pobreza en nuestro país y, aunque las vacunas básicas estén completamente financiadas, «en casos de pobreza extrema, los niños no acceden a la Sanidad, no acuden al pediatra». Por otra parte, se ha extendido una corriente antivacuna (procedente de Estados Unidos), que ha hecho mella sobre todo entre «modernos y gurús» que asocian falsamente las vacunas a la aparición de enfermedades como el autismo. Además, «a raíz de la gripe A, cundió la idea de que todo era culpa de la industria farmacéutica y la gente se sintió estafada», recuerda.

«NO VACUNARLES ES COMO LLEVARLES SIN CINTURÓN»

Estos planteamientos resultan descabellados para Fernando Cereto, que hace hincapié en el convencimiento de los médicos sobre la utilidad de las vacunas. «No vacunar a los niños es como llevarles sin casco, sin cinturón, o como animarlos a fumar», asegura, «una actitud más propia del siglo XIX».

El incluso el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha afirmado que «es irresponsable no vacunar» y ha animado a «cumplir el calendario».

En países como Italia, «la legislación es muy fuerte y los padres tienen responsabilidades penales sobre la vacunación de sus hijos», cuenta Cereto, que lo compara con las normas de circulación: «Igual que no se puede conducir a 150 km/h, tampoco se debería poder tomar cualquier decisión sobre las vacunas de un niño, y más sabiendo que puede afectar a muchas personas».