• Home »
  • Noticias »
  • España, el país del desmadre en las calles con el fin del estado de alarma

España, el país del desmadre en las calles con el fin del estado de alarma

Miles de jóvenes celebraron el final del estado de alarma en concentraciones improvisadas

  • Botellones sin control tomaron las calles y plazas ya antes del fin del toque de queda
  • Las imágenes de ayer sonaron a una película de Semana Santa: «…Y adoraron a un becerro de oro….»
  • España se convierte en un macro-botellón una hora después de terminar el estado de alarma

En España, la algarabía del sábado por la noche era similar a la que tradicionalmente se ve en las calles un 31 de diciembre. La gente gritó, aplaudió y bailó en medio de petardos, para festejar el levantamiento del toque de queda que reinó durante meses. En algunos lugares, la multitud olvidó las precauciones de rigor frente al covid.

La noche se convirtió en una fiesta sin control en muchas calles de España coincidiendo con el final del estado de alarma y el toque de queda impuestos por el Gobierno para frenar los contagios por coronavirus. Miles de jóvenes tomaron el centro de las ciudades para celebrar botellones y concentraciones multitudinarias sin distancia ni mascarillas. Muchos de los participantes reconocieron en el momento que su comportamiento no era el más adecuado, pero se justificaron en que había «ganas de libertad» y que era «un día histórico» se tenía que festejar. A pesar de la presencia policial en puntos clave, la gente se mantuvo bebiendo hasta altas horas de la noche.-

Cuesta dar con la mejor manera de arrancar esta crónica. Pero no nos cuesta advertir de que no caeremos en el error de generalizar ante el desmadre protagonizado la madrugada del domingo por unos cuantos miles de irresponsables que en las diferentes ciudades de España salieron a la calle a celebrar no se sabe muy bien qué. De botellón en botellón, el domingo se desmelenó y olvidó que el estado de alarma había finalizado, pero no la crisis sanitaria a la que de manera salvaje contribuyeron con su actitud.

Y es que, con casi 79.000 fallecidos y 3,5 millones de contagios, España fue uno de los países más golpeados por el virus en Europa, un continente que sigue avanzando en el desconfinamiento.

En Bélgica, después de casi siete meses, volvieron a abrir las terrazas de cafés y bares aunque la policía tuvo que intervenir en Bruselas de madrugada para dispersar a centenares de personas que lo celebraban en la calle.

Por su parte, en Alemania, más de siete millones de personas vacunadas empezaron a beneficiarse el domingo de la relajación de las restricciones y ahora ya pueden ir a la peluquería sin un test negativo o reunirse en privado, entre otras cosas.

4.000 muertos en India en 24 horas

Las muestras de alegría europea contrastaron con las terribles imágenes en India, donde el coronavirus ha golpeado sin piedad a la población, lo que ha colapsado los hospitales y funerarias. El país, de 1.300 millones de habitantes, sigue registrando cifras dantescas, más de 4.000 muertos en un solo día.

Sin título.pngae34y

El pasado domingo miles de jóvenes no fueron ejemplo de nada acapararon con su irresponsabilidad la mirada de todos los medios de comunicación y la crítica generalizada de la sociedad, pero son una minucia prácticamente insignificante si se compara con las decenas de miles de jóvenes del mismo tramo de edad que, con la misma euforia de haber llegado al final del estado de alarma, se quedaron en casa, celebrándolo igualmente, pero con el sentido común que aconsejan los ­sanitarios.

Pocos pero ruidosos

Policias trabajaron especialmente coordinados en las ciudades. Jóvenes que bebían  agarrado a cualquier botella, se abrazaban, bailaban y saltaban sin mascarilla al ritmo de una “libertad” en algún momento «algunos» trataron de liderar estas concentraciones con una postura de enfrentamiento ante la policía.

Un grupo de la gente que desalojaron del paseo Lluís Companys sigue la fiesta en sus inmediaciones

Un grupo de la gente ante la algarabía, sin mascarilla y sin medios de seguridad

Ante el «desmadre», Policías pusieron todos sus medios para controlar  las fiestas y desalojarlas

Sonia fue la encargada de su pandilla de comprar las uvas para su grupo de amigas reunidas en un piso del Poblenou. Se ataviaron para el acontecimiento. Lentejuelas, guirnaldas de plumas alrededor del cuello y mucho brillo en las sombras de ojos y bien de carmín en unas bocas que ni se plantearon tapar para la ocasión. “Ustedes no lo entienden”, se defendió la anfitriona. ¿Lo dices por mi edad? “Nos han robado un año de nuestra juventud. Nos han encerrado, amenazado; nos han hecho sentirnos culpables; y hemos sentido mucha angustia y miedo. No nos riñan por salir a la calle esta noche a gritar y celebrar que lo hemos superado”. Se tomaron las uvas como si se trataran de las doce campanadas de un Año Nuevo.

Los gritos ensordecedores ante el final del estado de alarma se escucharon en todos los rincones de muchas ciudades. Muchos salieron a los balcones a gritar, a aplaudirse a ellos mismos, a saludarse entre las ventanas para celebrar que seguían vivos. Se escucharon petardos, el claxon de los vehículos y las risas eufóricas de los que sentían que habían estado encerrados y que por fin les abrían las puertas de su universo. Multitud en la montaña

Gente desbocada y fuera de si

En Barcelona, algunos se mantuvieron prudentes y puesta la mascarilla hasta que una joven francesa fuera de sí se las bajó de un tirón para plantarles un beso a cada uno en los morros. “Liberté; Liberté; Liberté”, gritaba la mujer tatuando saludos pintados de rojo. “Necesitábamos bailar. Hemos sido muy responsables todo este año”, se excusó avergonzado Leonel, mientras casi a escondidas se desinfectaba las manos y los labios con una pequeña botella de gel hidroalcohólico que guardaba en un bolsillo.

LA QUINTA OLA  Y SUS MORTIFERAS CONSECUENCIAS, A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Los Médicos avisan de que esto traerá graves consecuencias en unas dos o tres semanas

  • Juanma Moreno: «Los jóvenes son los que están llenando ahora los hospitales por el Covid»

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha visto las imágenes de los jóvenes celebrando este fin de semana el fin del estado de alarma. Botellones, fiestas y público sin mascarilla es lo que se sucedió en la madrugada del sábado al domingo en varios puntos de la comunidad. Y eso «preocupa mucho», ha señalado Moreno porque «la concentración de personas y el alcohol siempre provoca repunte de contagios».

Para el presidente andaluz, se ha sacrificado «mucho» para llegar a este punto en el que hay «luz al final del túnel» de la pandemia. «Hemos perdido en vidas y en sufrimiento además del sacrificio económico», ha indicado Moreno, para que ahora una «explosión» de jóvenes de fiesta ponga en riesgo lo conseguido.

La preocupación de Moreno viene porque, como ha indicado, «los jóvenes son los que están yendo ahora a los hospitales. Se ponen en riesgo de acabar en una UCI».

El problema de fondo, ha señalado el presidente de la Junta en una entrevista en la cadena Ser está en que Andalucía no cuenta con las herramientas para el control de muchas variables de la pandemia. Es el caso del toque de queda, que Moreno ha apostado por volver a pedir solo si hay un repunte grave de casos. Pero ese marco legal permitía limitar «cuestiones como la movilidad, cerrar localidades o limitar el número de personas que se pueden reunir en una casa».

El presidente de la Junta ha insistido en pedir «liderazgo y coordinación» al Gobierno de España en la gestión de la pandemia para evitar que cada comunidad tenga unas normas. En todo caso, Andalucía ha pedido la posibilidad de cerrar perimetralmente ciertos territorios pero son los tribunales los que tienen que concederlo, algo que, ha indicado Moreno, resta rapidez a la capacidad de reacción del Gobierno andaluz.

Discotecas abiertas

Preguntado sobre la apertura de discotecas hasta las dos de la mañana, Moreno ha señalado que la intención de la Junta con este medida es la de «orientar» a los jóvenes hacia espacios «controlados y con mascarillas» y evitar así que se vayan de botellón.

El presidente andaluz, que ha señalado que esta medida fue acordada con el grupo de expertos que les asesora en la gestión de la pandemia, quienes les han aconsejado «encauzar» el ocio nocturno hacia locales donde hay normas y control.

Moreno ha insistido además en que si el Gobierno central no permite poner la segunda dosis de AstraZeneca de forma voluntaria, será su Gobierno el que tome la decisión. «Mi obligación es proteger a los andaluces», ha señalado, antes de añadir que la vacuna de AstraZeneca tiene el visto bueno tanto de la OMS como de la Agencia Europea del Medicamento.

«Tenemos 200.000 dosis de AstraZeneca en las neveras» esperando la decisión, ha explicado Moreno, que ha pedido que si un ciudadano se quiere vacunar con esta vacuna, se le deje siempre que lo haga «de forma voluntaria».

El presidente andaluz también ha señalado que, cuando avance el proceso de vacunación, se espera una explosión económica que llegaría al final del verano o principio del otoño. «Hay ahorro, ganas de invertir y de gastar», ha indicado Moreno, que cree que ese crecimiento pronunciado se irá estabilizando a medida que pasen los meses y ya en 2022 se quedará en un 3 por ciento de media.

Ante el fin del estado de alarma, los políticos se enzarzan en sus batallas

  • Los hospitales siguen llenándose mientras los políticos se enzarzan en sus batallas para atraer el voto

Primer enredo judicial en las Baleares. Querían seguir con el toque de queda y el Tribunal Superior lo cuestiona de momento. Lo que augura más de una batalla en los juzgados. De hecho, País Vasco también ha recibido el no de la Fiscalía a su intención, en solitario, de prorrogar las medidas del actual estado de alarma, que finalizo el  9 de mayo. Y Navarra espera la decisión final a su anuncio de mantener el toque de queda a las 11 de la noche. El resto de comunidades asumen el fin del estado de alarma y bajan sus expectativas de restricciones.

Por otra parte Fernando Simón considera que el fin del estado de alarma «no tendrá un impacto grande» en la incidencia.

Según Simón, “Hay herramientas suficientes para poder controlar la incidencia, pero no deja de ser un punto de preocupación. Puede haber una falsa percepción: el fin del estado de alarma no significa el fin de las medidas de control”. En cualquier caso, el director de CCAES cree que el fin del estado de alarma «no tendrá un impacto grande», pero ha confesado que si lo tiene, «se parecerá a este pequeño impacto de la cuarta ola»

20210508-637560737756594685_20630128_20210510155314Pedro Sanchez

«Estamos a solo 100 días de lograr la inmunidad de grupo»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este lunes que los datos del proceso de vacunación en España «invitan al optimismo» porque un tercio de la población adulta ha recibido ya al menos una dosis. Así, ha asegurado que quedan «100 días» para tener al 70% de la población vacunada, y lograr así la inmunidad de grupo.

«Estamos a tan solo 100 días de lograr la inmunidad de grupo, el 70% de la población de España inmunizada; a tan solo 100 días de lograr ese objetivo que nos habíamos marcado a nivel europeo antes del verano», ha afirmado desde Grecia, tras reunirse con el primer ministro de la República Helénica, Kyriakos Mitsotakis.

En la declaración conjunta que han ofrecido tras su encuentro, Sánchez ha defendido que los datos de contagios, y el avance de la vacunación están permitiendo entrar en la fase final de la pandemia del coronavirus. «Estamos empezando a superar esta calamidad», ha asegurado.

En este punto, ha defendido que las dos palancas para salir tanto de la crisis sanitaria como de la crisis económica y social derivada de la pandemia son la vacunación y el plan de recuperación. «Sobre la vacunación, en España los datos invitan al optimismo», ha asegurado.