Llega la procesionaria, el enemigo mortal de tu mascota

Llega la procesionaria y podría ser mortal para tu mascota

Con la llegada de la primavera aumenta la población de esta oruga que puede ocasionar problemas en la salud de las personas provocando alergias y de las mascotas al tener pelos en forma de arpón.

Llega la primavera y con ella un posible enemigo de las personas pero también de las mascotas. Hablamos de la procesionaria, un tipo de oruga considerada como «plaga» que puede ocasionar urticaria en personas e incluso la muerte para las mascotas. 

Este año ya ha sido notificada la presencia de esta oruga y se prevee un aumento de esta población. Así lo ha notificado la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), que ha advertido a través de una nota de prensa de la posibilidad de que en este 2021 se produzca un «incremento» de la población de esta oruga. Su directora general, Milagros Fernández de Lezeta, atendió a IDEAL para hacer hincapié sobre esta contingencia y recordar que su descendimiento «puede suponer un riesgo para la salud pública».

La procesionaria tiene un ciclo anual, así que será vista todos los años. El ciclo comienza en verano, donde se ponen los huevos. Con la llegada del frío, construyen los «bolsones» en los pinares. Cuando empieza a aumentar la temperatura, acelera el desarrollo hasta convertirse en orugas que descienden por el tronco hasta la tierra en procesión, una detrás de otra y formando largas filas hasta enterrarse y formar una crisálida.

la procesionaria

Por desgracia, estos animales pueden provocar la deforestación de los pinares debido a que se alimentan de sus acículas y además provocar alergias y muertes en otros animales debido a los pelos en forma de arpón. Algunos animales domésticos, como los perros, las han localizado por el olfato y al husmearlas les han producido ahogamientos porque se les inflama el sistema respiratorio, ocasionando incluso la muerte en algunas ocasiones.

Cómo evitar la procesionaria

ANECPLA insiste en sus recomendaciones anuales. «Habría dos tipos de consejo», esclarece Fernández de Lezeta: «Primero, que aquellas autoridades que tengan la capacidad de establecer programas de lucha contra la procesionaria no olviden, dentro de estos, el control de esta especie, porque pueden causar muchos daños a los pinos y, además, a la población que esté cerca de estos pinares».

A los ciudadanos aconseja que «dada la importancia que tienen estos pelos urticantes desde el punto de vista de salud, eviten tener contacto con ellos». «Hay que evitar el acercamiento. La gente tiende a pisarlas, pero cuando se entra dentro de su espacio, aunque estén en el suelo, esos pelos urticantes están en el ambiente», argumenta, para reclamar finalmente que se mantenga «alejados a los niños y a los animales domésticos»