La figura del padre en el fútbol base

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Papas ¡¡dejen de jugar a ser entrenadores!!.
Que daño hacen algunos padres a sus hijos…si uno se acerca un fin de semana a cualquier campo de fútbol, para ver un partido de categorías inferiores, estoy convencido que esto le resultara familiar.

Dentro del grupo de padres que se acercan a ver su hijo jugar, hay uno que destaca por encima de los demás: el «padre-entrenador».

Este personaje, habitual en el fútbol base, no suele faltar a ningún partido, tampoco a los entrenamientos, lleva las estadísticas del equipo, grava los partidos en vídeo, da ordenes (sobre todo a su hijo, pero también al resto) incluso llega a correr por la banda en algún momento del partido.

Este comportamiento es comprensible, teniendo en cuenta que esta convencido de que su hijo es el mejor y va a ser un «galáctico» del fútbol. Su hijo lo hace todo bien (casi siempre), y para ése «casi» hay excusas. El entrenador no lo entiende, ni tiene ni idea, sus compañeros son muy malos, no le pasan el balón,…siempre hay algo de qué quejarse. Su hijo es que el que sufre las consecuencias de este comportamiento. Por tanto es muy difícil que este niño progrese, acabara siendo un consentido y muy diferente al resto del equipo.

Aunque parezca mentira esto es lo que nos encontramos los que nos muy a menudo. La pasión ciega de los padres, y lo único que consiguen es estropear a sus hijos.

Gracias a Dios, al lado de ellos, también hay auténticos padres (con mayúsculas), que hay que conservar. Acompañan a sus hijos a los desplazamientos, mantienen una actitud discreta, anima a su hijo y a los demás de forma educada y no crean una presión innecesaria desde la grada. Con esta actitud, transmiten una actitud y una seguridad necesaria para los niños y a la vez disfrutan del deporte y de sus hijos.

Los niños deben aprender a valorar las cosas, tienen que tener ilusión por el deporte, tienen que ser capaces de superar las adversidades por si mismos…por todo esto, tenemos que respetar el periodo de formación.

Papas ¡¡dejen de jugar a ser entrenadores!!.

Porque si un niño de de 10, 11 0 12 años ve a su padre en la banda insultando al arbitro, a jugadores del equipo contrario, y ademas le esta incitando a hacer lo mismo «si mi padre lo hace, yo también puedo hacerlo»

En definitiva, partido tras partido siempre ocurre lo mismo….algunos hasta intentan decir qué es lo que tienen que hacer los árbitros.

Fuente MFB