La incultura declara la guerra al amenazado cuervo canario

Cuervo canario fotografiado en la isla de Fuerteventura.

Cuervo canario fotografiado en la isla de Fuerteventura.

Todos contra el cuervo canario. ¿Nuestros políticos están locos o son tan sólo unos incultos?

El Gobierno de Canarias se ha puesto como objetivo reducir el nivel de protección del cuervo para hacer frente a la proliferación de estos animales y los daños que están provocando a agricultores y ganaderos de Fuerteventura. Así se lo ha trasladado la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Pérez, al presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, a quien ha comunicado que ha urgido la finalización del estudio de campo realizado por técnicos de la Consejería y que fue acordado durante la última edición de Feaga.

“Preocupa mucho en el sector primario los daños que producen los cuervos. En estos momentos están destrozando cosechas y en unas semanas se teme que se ceben con los baifos”, asegura Marcial Morales, que espera el inicio inmediato de medidas de control sobre la población del Corvus corax canariensis.

Hagamos un mínimo análisis a tan vergonzoso texto. En primer lugar hablemos de la especie:
  1. El cuervo canario es una subespecie exclusiva de las islas Canarias. Más pequeño que el peninsular, tiene el tamaño de una corneja. Genéticamente diferente a otros cuervos, sus poblaciones son únicas en el mundo.
  2. El cuervo canario está en gravísimo peligro de extinción. Apenas quedan 400 parejas en el Planeta y están mal repartidas. Sólo las islas de Fuerteventura y El Hierro, las más ganaderas, mantienen unas poblaciones cercanas a las 100 parejas. En las demás está a punto de desaparecer. Gran Canaria ha pasado en 30 años de tener 150 parejas a quedarse con tan sólo 13; Tenerife de 80 a 12; La Palma de 50 a 21; La Gomera de 100 a 9.
  3. El cuervo canario está estrictamente protegido. Es una de las especies que recoge el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, cuyo ejecutivo se ha comprometido a preservar.

Y ahora analicemos el texto del Cabildo de Fuerteventura:

  1. ¿Con qué estudios poblacionales cuentan? Con ninguno. Dan por segura una supuesta y preocupante proliferación del cuervo pero no tienen ni un sólo dato científico. El único estudio que se ha encargado hace unos pocos meses aún no está concluido ni tiene conclusiones previas.
  2. ¿Cuántas denuncias se han presentado en el último año por daños de cuervo? Por lo que yo sé, por escrito y ante la Guardia Civil o la guardería de Medio Ambiente, pocas o ninguna.
  3. ¿Tienen personal técnico experto en estudiar esas denuncias y certificar que los daños han sido provocados por cuervo y no por otros animales? No lo tienen.
  4. ¿En cuánto están valorados los supuestos daños provocados? No existe valoración económica.
  5. ¿Destrozan los cuervos de Fuerteventura cosechas enteras? ¿Qué tipo de cosechas? Las únicas cosechas productivas de esta desértica isla son tomateras y se cultivan bajo plástico. ¿Hay bandadas de cuervos vegetarianos especializadas en entrar furtivamente en los invernaderos y comerse cientos de toneladas de tomates al año?
  6. ¿En unas semanas los cuervos se van a cebar con los cabritos? Interesante ejercicio adivinatorio. Se ve que los cuervos, una vez que acaban con todos los tomates se lanzan a una orgía de sangre acabando con las indefensas crías de las cabras. En una isla donde la población caprina (120.000 cabras) es superior a la población humana (90.000 personas) imagino que hablamos de miles de baifos degollados.
  7. ¿No están aseguradas esas cosechas y ganados para este tipo de daños? No lo están.
  8. ¿Ya tienen un veredicto? Ya lo tienen, al menos el presidente del Cabildo majorero, quien no duda en manifestar públicamente, antes de tener los estudios e informes concluidos, que “espera el inicio inmediato de medidas de control”.

Mi conclusión personal después de haber trabajado 10 años en Fuerteventura con esta especie de la experta mano de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y haber participado junto a SEO/BirdLife en una campaña informativa del Gobierno de Canarias dedicada a esta especie es la siguiente:

  1. Nadie sabe con seguridad científica si hay muchos o pocos cuervos. Por no haber, nunca se ha hecho un censo en Fuerteventura.
  2. Nadie sabe con seguridad científica si provocan daños o no, en qué porcentaje y por qué valor.
  3. Los únicos datos con los que cuenta actualmente la administración respecto a daños de cuervo son las informaciones airadas de ganaderos que dicen haber visto o que les han contado que…

Esta nota de prensa tan sólo es pobre publicidad política destinada a decir eso de “estamos trabajando en ello”. Pero que al dar la razón a pábulos sin demostración, a puras conjeturas de bar, además de demostrar la incultura de quien la promueve hace un daño terrible a la conservación de la biodiversidad amenazada. ¿Qué va a hacer ahora el Gobierno de Canarias con el cuervo?

  1. Si el estudio confirma finalmente que no hay tantos cuervos y no logra comprobar los daños que esa leyenda rural les coloca cual sambenito, los ganaderos y agricultores supuestamente afectados se sentirán engañados y acabarán queriéndose tomar la justicia por su mano: veneno.
  2. Si el estudio confirma que hay demasiados cuervos y que estos provocan terribles daños ¿qué hará la Administración? ¿Enviar a cazadores expertos para acabar con ellos a tiro limpio? Porque capturarlos vivos y mandarlos a otras islas donde la población sea menor no es posible por dos razones fundamentales:

a.  Cada población insular tienen unas peculiaridades genéticas exclusivas y no se pueden mezclar unas con otras.

b. Dudo mucho que los ganaderos de otras islas estén dispuestos a recibir decenas de cuervos de Fuerteventura a los que los políticos, con este tipo de incendiarias e irresponsables notas de prensa, ya han condenado a muerte al acusarles de ser destructores de cosechas y sanguinarios asesinos de ganado.

En conclusión. Hagan lo que hagan, decidan lo que decidan, Cabildo de Fuerteventura y Gobierno de Canarias se han ido a por lana política a un complejo corral del que van a salir esquilados y hasta trasquilados.

Fuente: La Crónica Verde