NATURALEZA VIVA – El Erizo

Sin títuloEl erizo común (Erinaceus europaeus) es una especie de mamífero erinaceomorfo de la familia de ericenaidae, anteriormente incluido dentro del antiguo orden insectívoro. 

El Erizo es un animal omnívoro. Consume grandes cantidades de alimento, en especial insectos, gusanos, moluscos, pequeños vertebrados, bayas y bellotas. En su dieta pueden entrar igualmente las serpientes, a las que llega a vencer mediante hábiles ataques. También le gustan los huevos y los jóvenes pájaros, por lo cual no son bien vistos por los dueños de los gallineros. Sin embargo, en líneas generales, son útiles, pues destruyen gran número de insectos perjudiciales.

El Erizo común espera la caída del día para salir en busca de alimento, pero traiciona su paso con los ruidos que produce al andar y al rozar los objetos y, sobre todo, con su sonora respiración.

Al igual que el resto de erizos, posee una envoltura de pinchos formada por varios millares de púas rígidas, resultado de una modificación de la piel.

El erizo común es más bien rechoncho, con una silueta redondeada. Pesa alrededor de 1kg y mide de 130 a 300 mm de largo y de 120 a 150 de alto, siendo los machos ligeramente más grandes y más pesados que las hembras.

El hocico es móvil y acaba en punta. Los ojos son pequeños. Las orejas también son pequeñas y redondeadas, de unos 2 ó 3 cm de longitud, con una distancia entre ellas menor que la que hay de los ojos al morro, y están recubiertas de piel.

La dentadura consta de 36 piezas: 20 superiores y 16 inferiores. Son 6 y 4 incisivos, y 2 caninos, 6 y 4 premolares, y 6 premolares 6.

Los dos incisivos frontales superiores semejan caninos. Los huesos maxilares son fuertes. Los caninos maxilares están separados lo suficiente para que quepan entre ellos los mandibulares. Como ocurre también con muchos otros insectivoros, la dentición está muy desarrollada.

Posee almohadillas en los pies, igual que el perro. Las extremidades posteriores son ligeramente más largas que las anteriores, y los pies traseros más grandes que los delanteros. Cada pata tiene cinco dedos con garras, de los cuales el primero y el quinto son más pequeños que el resto. Los erizos son animales plantígrados.

En la cara, en el vientre y en las extremidades, el erizo común presenta pelo de color marrón. La pelambre, que se renueva constantemente, presenta una franja más oscura entre la frente y las púas de la cabeza, y otras, más anchas, en los laterales del hocico, desde el morro hasta los ojos. Los machos tienen el vientre de un color que varía entre el pardo y el marrón amarillento; las hembras, lo tienen de color gris.

Las zonas exentas de pelo (la de alrededor de los ojos, las orejas, las patas y el hocico) son de un color negruzco, si bien esa coloración tiende a ser más clara en los ejemplares del sur que en los del norte.

La envoltura de púas está formada por unas 5.000 púas rígidas que cubren el dorso y las superficies laterales del cuerpo, excluyendo las extremidades y la cara; esas púas pueden llegar a ser unas 6.000 (según el inglés Pat Morris, que contó pacientemente las de numerosos ejemplares atropellados, hasta unas 7.000), y el conjunto se renueva por completo cada año y medio, más o menos.

Cada púa contiene espacios llenos de aire, separados entre sí por discos horizontales, que mantienen su estructura. En la base de cada una, hay un pequeño bulbo bajo la superficie de la piel que mantiene firme la púa en el cuerpo. Las púas desarraigadas durante la muda llevan consigo pequeñas porciones de escamas de piel.

Las púas son de un color crema blanquecino en la base y en la punta, con bandas de colores negro, marrón y blanco entre medias. Su grosor es de 1 a 2 mm. y su longitud es de 2 a 3 cm. Cada una de ellas tiene una duración de 12 a 18 meses antes de ser sustituida por una nueva. Crecen a partir de foliculos en la piel. Al igual que los pelos, cada púa presenta un músculo estriado cuyas funciones son erguirlas y relajarlas. Cuando están erguidas, se entrecruzan unas con otras formando una masa difícil de penetrar. Esto ocurre cuando el animal se ve amenazado: se enrolla para esconder sus partes más vulnerables (cabeza y extremidades) y deja al descubierto las afiladas púas.

Estas púas, además de servir para proteger de los ataques, amortiguan los golpes debidos a las caídas o a otras causas: cada púa, cerca del folículo piloso, presenta un estrechamiento que la vuelve más flexible, de manera que es capaz de absorber la energía de colisiones de cierta intensidad.

La configuración del cerebro, muy ligada, como ocurre con la dentadura, a la de los mamiferos primitivos surgidos en el Cretáceo, está adaptada al empleo del olfato, que se considera que es el sentido principal del erizo. El morro es grande, negro, constantemente húmedo y muy móvil. Los canales olfativos también están constantemente humedecidos por una mucosa. El órgano de jacobson también contribuye a la detección de presas y depredadores..

El tacto también está muy desarrollado.

A pesar de tener las orejas pequeñas y medio escondidas entre el pelo, el erizo común es capaz de oír frecuencias entre 250 y 60.000 Hz: las más altas se sitúan en el ámbito de los ultrasonidos.

Los ojos son redondos y pequeños. La vista se considera un sentido menos importante en la busca de alimento en el caso del erizo.

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