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Fernando Vaquero recrea el milagro de la Virgen de la Sangre de Huévar en su espectacular nueva obra

Vaquero recrea el milagro de la Virgen de la Sangre de Huévar en su espectacular nueva obra

La Casa Hermandad de la Sangre de Huévar ha sido el escenario en el que ha sido presentada la nueva obra de Fernando Vaquero, el cartel de las Fiestas de Septiembre de este año 2019, en Honor y Gloria de María Santísima de la Sangre. Una impresionante obra que representa el milagro de la Virgen de la Sangre. Un milagro que bebe de una emocionante historia que ha sido recordada por el propio Vaquero, que ha sido presentado por la artista carmonense Nuria Barrera Bellido. Una «historia que escucharon una vez de boca de sus abuelos y que en días como hoy cuentan a sus nietos con la esperanza de que ellos nunca la olviden y puedan seguir transmitiendola de generación en generación».

Una historia protagonizada por Francisco, un niño al que la guerra le arrebató a su padre «yéndose también con él el sustento familiar. Para la familia aquel suceso se tradujo en meses de grandes carencias y necesidades viéndose obligado, tanto él como sus hermanos, a mendigar por las calles. Enterado don Álvaro, el dueño de los viñedos donde había trabajado el padre, de la situación de aquella familia, ofreció a Francisco la posibilidad de que trabajase para él ocupando el puesto de su padre. Este hecho cambiaría el futuro de aquella familia para siempre convirtiendo al pequeño Francisco de la noche a la mañana en cabeza de familia con tan solo 8 años de edad.

Era Francisco un muchacho despierto y muy consciente de lo importante de aquel trabajo. Los meses pasaban y al final de cada uno de ellos el niño recibía junto al jornal un cesto repleto de racimos de uvas que su madre y sus hermanos recibían como el mas preciado de los regalos. Aquella tarde era de nuevo día de paga y tras otra dura jornada Francisco recibía una vez mas jornal y uvas para su familia. Satisfecho volvía el niño camino de su casa cuando tras el tronco de un olivo observó como alguien se escondía. Temiéndose lo peor Francisco echó a correr cerro arriba sin mirar atrás, no podría permitir que el trabajo de todo un mes se perdiera, cuando llegó a la cima de lo que llaman el cerro del palito pudo por fin divisar el pueblo, miró atrás y viendo que nadie lo seguía se tranquilizó y paró la carrera para tomar aire.»

De repente y detrás de otro olivo una voz ronca confirmaba sus sospechas:

– La bolsa -espetó aquella voz-.

Era el segundo de los malhechores que desde arriba del cerro lo había estado esperando. No le dio tiempo a huir ya que en ese momento subía por el cerro aquel al que hace un rato había conseguido esquivar. El hombre llevaba una vara de olivo en sus manos y sin mediar palabra empezó a fustigarlo. Cayó entonces el cesto de uvas al suelo, cayó la bolsa, cayeron las monedas, cayó Francisco y cayeron sobre el patadas, golpes y latigazos hasta dejarlo sin sentido.

Cuando despertó ya no había nadie… intentó incorporarse pero sus piernas le fallaron volviendo a caer, se arrastraba como podía buscando su bolsa, intentando una y otra vez levantarse sin conseguirlo. Desesperado comenzó a pedir ayuda a gritos, pero nadie respondía… ¿qué sería de su madre y sus hermanos sin aquel jornal? La tarde caía sobre el cerro y pronto la noche lo bañaría todo. Entre lágrimas, Francisco comenzó un avemaría que no pudo terminar.

De pronto una suave brisa empezó a inundarlo todo de un suave olor a nardo y romero y en la cima de aquel cerro, frente al sol de la tarde, la bella figura de una dama empezó a mostrarse ante él. Era una hermosa Señora que portaba un Niño en sus brazos, engalanada de hermosas joyas, con un rico vestido celeste y un manto rojo. Francisco al ver aquella escena creyó que ya había muerto a causa de los golpes y que estaba a las puertas del cielo.

– Levántate -dijo aquella voz-.

– ¿Estoy muerto? -preguntó el niño-.

– No lo estás -Respondió la Señora-.

– Estoy malherido y no puedo levantarme -dijo Francisco levantando su brazo hacia Ella-.

– Yo he sanado tus heridas -dijo la dama- levántate y no temas.

– ¿Quien eres? -preguntó el niño-.

– Soy la Virgen de la Sangre, ve al pueblo y cuenta lo que aquí ha ocurrido.

Asombrado, el niño comenzó a levantarse sin dolor alguno, pero al incorporarse totalmente la dama había desaparecido. Francisco encaminó rápidamente sus pasos hacia el pueblo para contar lo ocurrido. Se lo contó a su madre, a sus hermanos, a sus vecinos, al alcalde, al cura y al resto del pueblo, pero nadie le creyó. Sin embargo fue tal su insistencia y el ímpetu de su narración que al día siguiente, a la misma hora, muchos hervenses estaban junto a él en el cerro del palito. Y volvió a llegar aquel olor a nardo y romero avisando Francisco al resto de sus acompañantes de que el momento estaba cerca. Y otra vez volvió a verla, estaba incluso mas bella que el día anterior. Todos los asistentes cayeron de rodillas con sus ojos bañados en lágrimas.

– Soy la Virgen de la Sangre – dijo la Señora- y he venido para quedarme , para ser vuestro norte, vuestra estrella y vuestra guía. En este cerro construiréis una ermita a la que llamareis la ermita de la Virgen de la Sangre.”

Y desde aquel día el pueblo de Huevar, cuando llega septiembre, rememora esta historia y los abuelos, como una vez hicieron con ellos, cuentan a sus nietos esta leyenda para que siga atravesando el tiempo de generación en generación .”

La espectacular obra de Fernando Vaquero representa esta emocionante historia. Los cuatro símbolos de la Hermandad: el nardo, el romero, la aceituna y la uva están presentes en la escena. El sol aparece entre las ramas de los olivos mientras el niño herido en el suelo levanta su mano hacia la Virgen. Al fondo el pueblo de Huevar aparece como testigo de todo. Vaquero ha representado a Francisco como un niño actual, un niño real que le ha servido de inspiración para este cartel y que ha estado presente en el acto. «Un niño que también se llama Francisco, Francisco Muriel Bando, aunque todos le llaman Curro», ha explicado el artista, que ha agradecido «tanto a ti, querido Curro, como mi amigo Quisco, su padre, la ayuda prestada para la representación de esta escena».

Una obra pintada en óleo sobre lienzo en la que Vaquero ha querido regalar a Huévar «la imagen de aquel milagro, la escena de aquella aparición para que a partir de ahora podáis explicar en imágenes la leyenda de la Virgen de la Sangre», representada en base a la imagen mas antigua que existe de la Virgen, la del Simpecado de la Hermandad, si bien el rostro de la Señora, al igual que el del Niño, se asemejan al actual. Hoy la letanía que hay escrita en letras verdes en la calle de la Iglesia de este pueblo se hace realidad en este cartel: “Quiso Dios que un día Tu te aparecieras para ser Norte, Estrella y Guía del pueblo de Huevar”, ha concluido Vaquero, que ha vuelto a regalar al universo cofrade una obra inolvidable.

El autor

Fernando Vaquero es un conocido pintor sevillano autor de numerosos carteles y obras de carácter historicista. Es sobrino del célebre pintor y escultor Francisco Maireles Vela y está casado con la también pintora y escultora Irene Dorado, siendo padres de una niña. No es hasta 2012 cuando Fernando comienza a dedicarse a la pintura como profesional, gracias a que fue seleccionado para recibir las enseñanzas impartidas por el pintor Antonio López, y cuya evolución artística le llevará a un realismo figurativo que se convertirá en el santo y seña de su cuidada obra. Dentro de la cartelería ha de destacarse, entre otros, su cartel de la Semana Santa de Sevilla de este 2019, el del Corpus Christi de Sevilla en 2016, Semana Santa de Carmona 2018, Semana Santa de Osuna 2019, Romeria de Valme 2018, el de los 75 años de la Hermandad de Torrijos de Valencina de la Concepción o el de la Romería de Nuestra Señora de Gracia de Carmona en 2013.

Es también autor de renombradas portadas de boletines como la de Montesión de Sevilla con su obra titulada “La oración azul” de gran repercusión esta pasada cuaresma o “La oración del costalero” para el boletín de Madre de Dios del Rosario (patrona de capataces y costaleros). Cofrade de la Hermandad de la Amargura por tradición familiar, ha sido comisario durante la pasada Cuaresma de la exposición pictórica “Universo Amarguras” de enorme éxito que tuvo lugar en el consistorio hispalense y donde sus compañeros artistas y él mismo aportaron sus visiones ante el centenario de la marcha “Amarguras”.

Es también recordada su aportación pictórica a Hermandad de la Macarena durante la exposición “Macarena” del Círculo Mercantil de Sevilla de 2018, donde mostró un inédito retrato del Señor de la Sentencia sin su corona de espinas, así como su participación en la pasada muestra “Reflejos de Murillo” en el Ayuntamiento de Sevilla con su obra “El Expolio”, donde puso en liza su pintura historicista causando gran admiración.

Son característicos también sus cuadros donde representa estudios y talleres de pintores del pasado en los que convierte el recurso “cuadro dentro de un cuadro” en la idea fundamental de estas composiciones. Además, trabaja también para la empresa “La Despensa de Palacio” diseñando sus latas y cajas de dulces. Por otra parte, Fernando Vaquero consiguió el premio de pintura del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla en 2014. En los últimos tiempos ha deleitado al universo cofrade con dos nuevas maravillas: el cartel del Bicentenario de la hechura de la Virgen de la Esperanza de la Trinidad de Sevilla y el cartel de la Venida del Rocío.

Es actualmente uno de los mejores ejemplos al más alto nivel de la pintura artística de Sevilla y de su provincia, hecho que ha llevado a la corporación aljarafeña a solicitar sus aptitudes para ilustrar el cartel que da imagen a las Fiestas de Gloria más importantes, históricas y populares de Huévar del Aljarafe, que la Hermandad celebra cada año en Septiembre en Honor de María Santísima de la Sangre.