¿Por qué olía a quemado esta madrugada en Sevilla?

La columna de humo procedente del incendio en Majaloba, en La Rinconada, se podía ver desde la ciudad. / EMERGENCIAS SEVILLA

La columna de humo procedente del incendio en Majaloba, en La Rinconada, se podía ver desde la ciudad. / EMERGENCIAS SEVILLA

¿Por qué olía a quemado esta madrugada en Sevilla?

La madrugada de este sábado en Sevilla ha olido a humo, a quemado. La causa no estaba en la capital, sino en las afueras. La clave está en un incendio de vegetación registrado en la tarde del viernes en término de La Rinconada, en concreto en el entorno de la finca de Majaloba.

Efectivos del Infoca y de Bomberos de la provincia de Sevilla actuaron para sofocar las llamas. Una intervención que se produjo en torno a las siete de la tarde. Las llamas quedaron extinguidas por la noche pero siguió oliendo a quemado.

Los técnicos explican que es muy frecuente que las partículas procedentes de los incendios forestales se queden en suspensión y sean movidas por el viento. Aquí hay otra explicación al olor que se percibía en la madrugada: las fuertes rachas de viento que soplaron. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, el viernes las rachas de viento en Sevilla alcanzaron los 29 kilómetros por hora. Hace cinco días, el incendio originado junto al Puerto, en los bajos del puente del Centenario, también dio paso a un episodio similar.

Pero no sólo fue el incendio de MajalobaEl fuego activo en Almonaster la Real también influyó. Este municipio de Huelva está situado en el mismo eje y el viento también movió partículas de ese fuego en dirección a Sevilla. Según el último parte difundido en la mañana de esta sábado por el Infoca, el incendio sigue activo y en su extinción trabajan medio centenar de efectivos, a los que se ha sumado un helicóptero de transporte y extinción.

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Si el fuego de la sierra onubense sigue evolucionando esta noche volverá a oler a quemado en Sevilla probablemente. ¿Durante el día no? Los técnicos explican que por la tarde-noche, cuando baja la actividad de la ciudad, los olores de ésta se reducen y las percepciones olfativas son otras. Se podría decir que el olfato, más selectivo, se queda con el olor menos habitual, en este caso, el olor a quemado.