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La lenta desaparición del gorrión, otra consecuencia de nuestra calidad de vida

GORRIONES

La desaparición de los gorriones en las ciudades, un indicador de que nuestra calidad de vida empeora

  • Las poblaciones de gorrión común y gorrión molinero, especies vinculadas a la actividad humana, pierden efectivos desde 1998
  • El gorrión alpino, el único de los cinco gorriones de la península que vive en alta montaña, está amenazado por el cambio climático
  • La desaparición de los gorriones, los pájaros urbanos más conocidos, está relacionada con la contaminación, los ruidos y la falta de zonas verdes.

Los gorriones son en los barrios como un vecino más. Es la especie más común en las ciudades y están desapareciendo. Hay 30 millones menos de gorriones que hace 10 años y eso es un indicador de que nuestra calidad de vida está empeorando.

Tal y como explica Beatriz Sánchez, SEO de la ONG BirdLife, «lo que es malo para los gorriones puede ser malo también para nosotros«. Por ejemplo, la contaminación y el ruido, malos para los gorriones y para los humanos. Se estima que 400.000 personas al año mueren a causa de la contaminación en la unión europea

Para mejorar nuestra vida y la de los gorriones BirdLife lanza la campaña ‘Aves de barrio’. Pretende concienciar a la sociedad y a los políticos de la importancia de conservar la biodiversidad urbana.

Crear espacios verdes de calidad e implementar medidas en las ciudades que ayuden a evitar la extinción de los gorriones. Para que los gorriones quiten el cartel de se vende y sigan siendo nuestros vecinos.

Hay menos gorriones. Es una tendencia evidente en las ciudades pero también en el campo, donde la despoblación rural está pasando factura a dos de las cinco especies que habitan en la península, según los datos del programa de seguimiento de aves comunes en primavera de SEO/BirdLife. Se trata del gorrión común, con un declive global de su población por encima del 15% desde 1998; y del gorrión molinero, que presenta una caída del 6%. Hoy, 20 de marzo, Día Mundial del Gorrión, la ONG ambiental llama la atención sobre el impacto que el abandono del campo tiene sobre la biodiversidad.

Jilguero muerto en su nido por pesticidas

Jilguero supuestamente muerto en su nido por pesticidas

Tanto el gorrión común como el molinero, una especie de menor tamaño y aspecto delicado, guardan una estrecha relación con la actividad humana, hasta el punto de que anidan en edificios y otras construcciones. A menudo, cuando el ser humano abandona un espacio, estas aves siguen su camino aunque hay otros factores que están contribuyendo a su declive. Entre ellos, la intensificación agraria, que también puede derivar en menos gente en campo; y el uso de pesticidas. En la ciudad, se suman cuestiones como la escasez de alimento, la contaminación atmosférica o la ausencia de lugares de nidificación.

No corren tan mala suerte otras dos especies de gorriones –chillón y moruno–, cuyas poblaciones han aumentado desde 1998 gracias a su expansión por diferentes zonas de la península. En ambos casos, su dependencia de la actividad humana es menor. 

La última de las cinco especies de gorriones que habitan la península ibérica es el gorrión alpino, propio de cumbres montañosas donde existen neveros. De todos, es el que más afectado por el progresivo calentamiento del planeta debido al cambio climático.