Fin al debate: te explicamos las razones por las que no viene una ola de calor aunque leas que sí

En el corto, el meteorólogo de la Aemet Rubén del Campo analiza la situación a la que nos encontramos y también a la que nos enfrentamos, si bien antes ha explicado que, para hacer una predicción de ola de calor, los expertos se basan «en la emisión de avisos de riesgo por calor naranjas o rojos, que suponen riesgo importante o extremo para la población». En este caso, sigue, «solo tenemos activados algunos avisos amarillos por altas temperaturas».

Por lo tanto, Del Campo concluye que «no estamos dentro de esos umbrales que significarían avisos naranjas en una amplia zona de nuestro país y durante 3 o 4 días» y, por tanto, no hay ola de calor.

También ha matizado eso no significa que no vayamos a tener calor. De hecho, se esperan temperaturas altas en el valle del Ebro, sur y Canarias, pero «no son unas temperaturas que se vayan demasiado de los valores normales para la época del año».

De hecho, los mapas muestran zonas del Mediterráneo con máximas por encima de los valores medios (entre 5 y 10 grados por encima). Y en Lérida nos encontraremos con máximas 37ºC, muy parecidas a las de Badajoz, Jaén, Ciudad Real o Albacete, o los tórridos 39ºC en Córdoba.

Pero, en cualquier caso, Del Campo insiste: «No es una situación muy extensa ni muy intensa, aunque en algunos casos dure más de tres días”.

Lo que sí es una ola de calor

Para entender mejor que sí es una ola de calor, los expertos de la Aemet han recuperado los mapas de la ola de calor del 2017. Y las diferencias saltan a la vista: mientras que nuestros mapas actuales no son muy escandalosos en cuanto a anomalías, todo en los del año pasado se ve perfectamente, sin apenas necesidad de interpretar nada, que buena parte del país está afectado por temperaturas bastante más altas de lo normal, de entre 7 y 11 grados.

Por último, el meteorólogo recuerda que es importante tener en cuenta que en algunas ocasiones se determina si un episodio es una ola de calor a posteriori, cuando tenemos los datos encima de la mesa y podemos valorar la situación real. En este caso, habría también que esperar a saber qué temperaturas se han registrado, aunque en cualquier caso hay muy pocas probabilidades de hablar de ola de calor.

Se trata de valores que, a juicio del Ministerio, pueden afectar a la población.Precisamente por eso han lanzado una serie de recomendaciones en las que se busca tanto la protección frente al calor como la prevención.

Entre ellas destacan beber agua aunque no se tenga sed y con independencia de si se está haciendo deporte o no, no abusar del café ya que puede hacer perder más líquido corporal, estar muy pendientes de bebés, niños y mayores, usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar, y mantener las medicinas en un lugar fresco (el calor puede alterar su composición y sus efectos).

Se trata de un nivel de alerta que también ha estado activado durante los días previos. De hecho, el pasado domingo estuvo activado el nivel 3 de riesgo por exceso de temperatura en Granada y el nivel 2 en Lérida.

Se prevé que con el paso de los días los niveles de riesgo comiencen a remitir por la llegada de una DANA que enfriará el ambiente. Con un descenso de las temperaturas casi generalizado, este episodio de calor no será tan extremo como se había previsto. La ola de calor tendrá que esperar.