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Los dulces de mas de 200 kilocalorías estarán prohibidos en colegios y asilos

El 16,6 por ciento de los niños andaluces tienen exceso de peso - ABC

El 16,6 por ciento de los niños andaluces tienen exceso de peso – ABC

Los restaurantes y bares tendrán que servir agua gratis de la red para sus clientes

Agua gratis para los clientes en todos los bares y restaurantes y el fin de los refrescos hipercalóricos o con cafeína en los colegios y las residencias de mayores. Estas son dos de las medidas más llamativas contempladas en la nueva Ley para la Promoción de la Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer y remitió al Parlamento para su tramitación y aprobación.

La normativa tiene dos objetivos fundamentales: acabar con la obesidad, que es el primer problema de salud pública en los países desarrollados, y paliar las enfermedades de trastorno de la alimentación como la bulimia o la anorexia. La nueva ley busca que los andaluces apuesten por la vida sana y parten de datos que el Gobierno andaluz considera que son graves: el 16,6% de los adultos andaluces son obesos y el 23% de los menores también tiene este problema de obesidad en la comunidad autónoma.

Plantea medidas restrictivas y también paliativas. Así, se centra en los productos alimenticios que pueden consumir los grupos de riesgo como son los escolares, los mayores y las personas dependientes, además de las gestantes que también son un grupo de atención especial para la nueva normativa andaluza que ya se conoce como Ley contra la Obesidad.

Tampoco se permitirán los edulcorantes artificiales ni tampoco la cafeína u otras sustancias estimulantes

La ley impide que en los colegios y las residencias de mayores se vendan alimentos cuyo valor energético por porción supere las 200 kilocalorías, un contenido que, además, deberá estar perfectamente repartido: El 35% como máximo de las kilocalorías procederán de la grasa; el 10% como máximo procederán de grasas saturadas y no deberán contener ácidos grasos trans. Tampoco se permitirán los edulcorantes artificiales ni tampoco la cafeína u otras sustancias estimulantes excepto las que están presentes de manera natural en el cacao, los frutos secos o la leche.

Estas restricciones aprobadas por Andalucía siguen, según asegura la Consejería de Salud que es la responsable de la norma, los criterios marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y suponen un punto de vanguardia para las normativas que se aplicarán en toda España y en el resto de Europa.

Esto se traduce en que las máquinas expendedoras que hay en los colegios o centros de educación especial o de mayores deberán tener a menos de dos metros una fuente de agua que sea gratis y evitar los refrescos que sean especialmente azucarados o hipercalóricos. Todos los envases además deberán informar sobre las calorías que contienen las bebidas y alimentos y se acabó la bollería industrial. Lo mismo ocurrirá en las cafeterías o cantinas que haya dentro de estos centros. Los lugares públicos y centros de ocio infantil también tendrán que contar con agua gratis.

Sin torrijas ni pestiños

Esto afecta también a la vida diaria de los niños o los mayores sobre todo en las celebraciones. No se podrán suministrar dulces ni siquiera en las ocasiones especiales. Así, el centro no podrá invitar a roscón de reyes en Navidad o a torrijas y pestiños en Semana Santa, pero no podrán impedir que se consuman en esas ocasiones especiales siempre y cuando no lo ponga el centro. Lo mismo ocurre en los colegios. Los escolares no podrán vender polvorones para los viajes de fin de curso o tartas caseras para alguna causa benéfica pero sí llevar caramelos o chuches para invitar a sus compañeros con motivo de algún cumpleaños o de la fiesta de fin de curso. Las empresas de alimentación no han perdido el tiempo y ya están adaptando sus raciones y bebidas a esta normativa andaluza.

De esta forma, una lata de refresco de cola de 33cl tiene un total de 139 kilocalorías por lo que sí se puede mantener su venta en colegios o centros de mayores. Un caso particular es el de los donut, un tipo de bollería industrial en el que, dependiendo de la marca, tiene 199 kilocalorías (justo el máximo) o bien se pasa de las 200 permitidas por la norma; las marcas blancas suelen ser las que mayor número de calorías tienen mientras que las más reconocidas se cuidan de no sobrepasar este límite.