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Las eléctricas y el Gobierno evitan el sueño de todo español: casas sin recibos de la luz

Los paneles solares podrían poner fin al oligopolio energético

Los paneles solares podrían poner fin al oligopolio energético

Las eléctricas y el Gobierno evitan el sueño de todo español: casas sin recibos de la luz

En España existen ya viviendas que no tienen que hacer frente al recibo de la luz, ahorrándose un total de uno 700 euros anuales, según refleja la perspectiva del recibo para este año

Existen ya casas desenganchadas a la red, cuyo único abastecimiento eléctrico es la energía procedente del Sol. En caso de proliferar estas instalaciones, las eléctricas verían mermado su negocio. Lejos de las leyendas negras, la familia Torres puede llegar a resistir sin Sol cinco días enteros, a partir de entonces tendrían que poner en marcha un grupo eléctrico para poder recargar las baterías, una medida que aún no han tenido que adoptar incluso ni en invierno.

No obstante, esta familia malagueña no fue la primera en evitar tener que engordar los ingresos de las compañías eléctricas. José Vaquero instaló en su propia casa los paneles solares suficientes para evitar tener que pagar las facturas de agua y de luz, quizá el futuro que ha impedido, de momento, el impuesto al Sol aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy, una medida que golpeaba a las personas que pretenden desengancharse del recibo eléctrico.

En el caso de José Vaquero, la vivienda se sitúa muy cerca de Madrid, a solo 40 kilómetros de la capital, y goza de tener total independencia energética del sistema impuesto hasta ahora. El esfuerzo ha sido considerable para tratar de sortear la maraña administrativa, pero ha merecido la pena. “España es el único país del mundo que penaliza la energía solar, si quieres consumir la energía de tus propios paneles solares debes pagarle a las compañías eléctricas una tasa, una penalización”, lamentaba en una entrevista. “Es como plantar un huerto y tener que pagarle al supermercado por consumir tus propios tomates”, continuaba el constructor y autor del proyecto para la empresa Alternativa Energética.

La casa obtiene su energía de varias fuentes renovables: fotovoltaica, solar térmica y geotérmica. La vivienda se orientó para obtener el máximo tiempo de luz y con un fuerte aislamiento para evitar tanto el frío como el aire viciado en la estancia. No necesita abrir ventanas para ventilar, ya que el aire de la vivienda corre a través de un pozo canadiense.

Este pozo canadiense es una instalación geotérmica de baja temperatura y poca profundidad capaz de aprovechar las temperaturas estables mediante un sistema de tuberías bajo la vivienda. De esta forma, permite mantener una temperatura constante en el interior, ya sea en invierno como en verano. Las tuberías se alimentan de aguas de lluvia, que a su vez es utilizada para las cisternas de los inodoros y regar el jardín.

La instalación se ha diseñado en función de cada cliente, por lo que el coste varía. No obstante, pese a no advertir una cuantía, ha indicado que “hay que valorar la hipoteca energética, que es lo que mucha gente no ve, lo que te ahorras en pagar energía a las compañías durante todos los años que vivas en una casa pasiva. La inversión se suele amortizar en 8 o 10 años“, por lo que si el recibo se calcula con su coste actual, la instalación podría suponer cerca de unos 12.000 euros, para un recibo de unos 100 euros mensuales.

La familia Torres, por su parte, ya han dejado de pagar a las comercializadoras. Miguel Torres aprovechó las ayudas que concedía la Junta de Andalucía para poder realizar la instalación de paneles solares. La construcción se realizó a través de la energía proviniente del Sol, con un único fallo en el sistema: la energía que no consumen se pierde, ya que su sistema no es capaz de almacenarla.

La vivienda es 100% independiente del sistema, por lo que en caso de que no haya suficiente Sol tendría que tirar de un generador de apoyo para cargar las baterías y suplir así a las placas solares. “Es la forma más inteligente de consumir“, afirmó en un vídeo publicado en Youtube, donde ha denunciado las políticas sobre energía de los Gobiernos. En 15 años se podrá calcular si hubiera sido o no rentable la instalación.

Para hacer esta actuación tiene que haber un compromiso y conciencia por parte del inquilino de la vivienda. Asimismo, ha considerado que Tesla y su batería podría dar un impulso a este mercado, ya que se taparía por fin el único fallo del sistema, que es poder almacenar la energía.

La instalación es cada vez más rentable según aumente el precio del recibo, que se ha disparado un 50% en plena crisis. Si esa curva continuara al alza, el tiempo de amortización de la instalación disminuiría hasta que sea más rentable que mantenerse enganchando a la red. En el caso de la familia Torres el recibo alcanzaba los 100 euros, es decir, unos 1.200 euros al año, mientras que su instalación alcanzaba los 20.000 euros. De esta forma, podría amortizarlo en 15 años, siempre y cuando el recibo no haya disminuido de esos 100 euros, o incluso amortizarlo antes si el precio de la luz se incrementa.

El precio de la luz se ha disparado en los últimos meses comiéndose toda la bajada experimentada en 2015, por lo que el recibo continúa a merced de las eléctricas  y a los planes del Gobierno para mantener ese oligopolio.

FUENTE: intereconomia