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Fermín Bocos: «¿Por qué los emiratos que se gastan millones en mundiales de fútbol no han acogido un solo refugiado?»

El periodista, escritor e infatigable viajero Fermín Bocos

El periodista, escritor e infatigable viajero Fermín Bocos

«En el mundo occidental de repente ha desaparecido algo: el temor a ir al infierno»

El periodista, escritor e infatigable viajero Fermín Bocos (Cantabria, 1949) emprende una serie de viajes a lugares señalados donde aún hoy reverbera el eco de ceremonias ancestrales. Un viaje a la semilla del temor más antiguo y duradero entre las gentes de Occidente: el miedo al Infierno.

Así lo plasma en su último libro, ‘Un viaje a las puertas del Infierno’ (Ariel, 2015), un viaje a otro tiempo en que los hombres hablaban con los dioses, cuando el Infierno era un espacio físico, con sus tortuosos senderos, sus círculos, sus llamas eternas y sus puertas.

En la entrevista con PD Bocos pone el dedo en la llaga de la corrección política en torno al drama de los refugiados al señalar cómo los países árabes se han puesto de perfil y no han acogido a ni un solo refugiado sirio.

«¿Por qué los emiratos que se gastan millones en mundiales de fútbol no han acogido un solo refugiado?»

Un viaje en donde no sólo abundan las resonancias míticas y religiosas, sino las sorpresas que esperan a todo viajero avisado y despierto: por estas páginas desfilan monjes y poetas, pero también vendedores de souvenirs y exorcistas; paisajes idílicos y templos esplendorosos, junto a atascos y retrasos en aeropuertos; imágenes de conmovedora belleza y ciudades asfixiadas por la contaminación; Historia Antigua y medieval… y la más candente actualidad.

Su recorrido conduce al lector desde casi la vuelta de la esquina – el monasterio onubense de La Rábida o el de San Lorenzo de El Escorial – a remotos rincones de deslumbrante exotismo – las ruinas de Babilonia, la tumba de los guerreros de terracota de Xian o el templo dedicado al diablo en Taisoji, en pleno Tokio – , sin olvidar los centros de la cultura y la espiritualidad clásica y cristiana – el Lago Averno, Eleusis, el Necromateion, la tumba de Dante, el Monte Hermón en el Golán, la Iglesia del Purgatorio en Roma o Turín, la ciudad del Diablo – , hasta acabar en el Monte Athos, que cierra el periplo cambiando la perspectiva y apunta ndo a una posible puerta del Cielo.

Y, entreverada, una sospecha: tal vez el Infierno no sólo está a un lado de las tétricas puertas.

«HA DESAPARECIDO EL TEMOR A IR AL INFIERNO»Sin título

En el mundo occidental de repente ha desaparecido algo que durante veinte siglos estuvo gravitando durante las conciencias de la gente: el temor a ir al infierno.

Sin embargo, Bocos cree que «basta con abrir un periódico o ver la televisión para comprender que el mal no sólo existe, sino que se extiende».

Según afirmó en la presentación de su libro el 17 de septiembre de 2015, la pérdida de ese temor se debe a que «los planes de estudio han confinado la Historia Sagrada y la de las religiones a opciones de padres y alumnos» y a que «se ha ido prescindiendo del legado histórico», entrado en una «zona de niebla» en relación con la memoria del mundo».

Esta reflexión marca el ‘Viaje a las puertas del infierno’ de Fermín Bocos, a través de 17 capítulos, «unidos simplemente por la idea del viaje» a numerosos lugares, algunos más cercanos como El Monastrio de El Escorial en Madrid y otros remotos que se ubican en Japón, China, India, Israel o Babilonia en plena Guerra de Irak, a donde el escritor viajó en una «irrupción periodística» durante los primeros tiempos de la invasión de Estados Unidos.

Precisamente el capítulo que transcurre en Babilonia es el más antiguo de todos, ya que los demás corresponden a viajes recientes.

«Ha sido un proceso de acumulación durante 4 ó 5 años. Un viaje y vuelta. Previa documentación, bien vivirlo, bien contarlo y, al final, sale el libro«

Según ha relatado el escritor, una de las anécdotas que se recogen en el libro sucedió en Sicilia (Italia), a donde viajó en dos ocasiones. Justo al subir al altar de Ceres, estaba «lloviendo a mares» y sonó su teléfono. «No se me ocurrió otra cosa que cogerlo», ha indicado Bocos, para después de revelar que un rayo le «pegó un zurriagazo» que le mantuvo dos o tres meses sin sensibilidad en tres dedos de una mano.

A través de sus viajes, plasmados ahora en este libro, Bocos cuenta que Turín es la ciudad del diablo, que en Roma hay una iglesia en la que «hay vestigios de personas que han vuelto de purgatorio para dar fe de que existe», que existe un templo dedicado al diablo en pleno centro de Tokio o un mercado del diablo las noches de los sábados en la ciudad china de Xian, donde también se encuentran los famosos Guerreros de Terracota.

El escritor cántabro ha detallado que en su novela también hay un recorrido por los oráculos y ha agregado que, de hecho, el libro estuvo a punto de titularse ‘Cuando los Dioses hablaban con los hombres’.

Periodista Digital